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miércoles, 13 de julio de 2016

Capítulo VII (Segunda Temporada)

Casi no recuerdo las siguientes semanas. Sexo, drogas y alcohol día tras día. Y cuando no carreteaba estaba en mi pieza escuchando música a todo volumen y fumando marihuana para bajar los efectos de la cocaína. Más de una vez sonó mi teléfono, en la pantalla aparecía como una especie de castigo el nombre de Daniela, un recordatorio de todo lo que quería olvidar. Nunca le contesté.

Durante esos días Andrea fue mi fiel escudera, mi compañera de aventuras y amiga, junto a Vicente hacíamos un trio infalible, lograban hacerme reír a carcajadas, lloraban conmigo cuando estaba triste, eran mis amigos y más que eso, mi familia. Sin ellos no sé qué hubiera hecho cuando Daniela dolía tanto que me faltaba el aire. 

Una tarde iba caminando por providencia con Andrea yo miraba las vitrinas de los negocios cuando de un segundo a otro me toma la mano, primero la miré extrañada, ella tenía la vista al frente sigo su mirada y caminando hacia a nosotras veo a mi Dani, no le solté la mano, nos quedamos mirando fijo cuando pasó a nuestro lado. No nos saludamos. Me sudaron las manos, comencé a ahogarme, sentía que temblaba por dentro. Quise saltar a abrazarla rogándole otra oportunidad, pero me quedé inmóvil mientras la veía alejarse a mi espalda.

-          Necesito un jale. Le dije a Andrea.

-     Ok, vamos a comprar unas cervezas y volvamos al departamento. Me respondió.

Un rato después me llegó un mensaje de Daniela: “Felicidades. Bonita tu mina. Me encanta darme cuenta de que no me equivoqué. Estabas súper enamorada de mí”. Andrea insistió en que no le respondiera. Me tiré unas líneas, me tomé la botella de cerveza recién abierta al seco, tomé mi celular y le respondí: “Tomaste una decisión… Ahora no sigas jugando conmigo. Te amo y siempre va a ser así” lo borré… Volví a escribir “no es mi mina… Sólo estamos tirando” tampoco lo mandé… Otra vez escribí “no juegues más conmigo y no me recrimines cosas porque no tienes el derecho” enviado. “Toda la razón” me respondió.

Me recosté de espaldas sobre el pecho de Andrea en el sillón  mientras me hacía cariño en los brazos, a su lado me sentía protegida y querida, pero más allá de que teníamos sexo, no era mi pareja, no estábamos enamoradas, nos queríamos como buenas amigas con algunos “derechos especiales”.

-          La odio tanto Andrea. No puedo sacármela de la cabeza, yo tengo  que haber hecho algo muy malo en otra vida. Le dije.

-          No amiga, sólo tuviste una mezcla de mala suerte y de tontera, es que Agus desde el principio hiciste todo muy mal con ella y Josefina.

-          Ya, pero no me digas eso, si sé. Mejor ayúdame a recuperarla, dime ¿Cómo lo hago? Le dije mientras volteaba a mirarla.

Andrea me dio un beso en los labios, sonrió y dijo que no tenía idea, que creía que lo mejor era intentar borrarla de mi sistema.

-          Andre, no te enojes pero necesito estar sola. Quiero tratar de dormir.

-          Ok amiga pero prométeme que no te vas a dedicar a puro llorar.

Andrea se puso de pie me dio un fuerte abrazo y se fue.

Durante días hice el esfuerzo de no llamar a Daniela, de no retroceder en mi decisión, pero al cerrar los ojos veía los de ella mirándome, sabía que me amaba tanto como yo a ella. Recordaba cuando nos abrazábamos, los latidos de su corazón acelerándose al encontrarse con mi cuerpo. Sus besos, sus manos su respiración cuando me acercaba, los suspiros al verme. No podía ser otra cosa más que amor. No aguanté más y la llamé.

-          Dani, no era mi polola, es una amiga, me tomó la mano porque conoce nuestra historia, lo hizo para ver si reaccionabas.

-          Ya no te creo nada Agustina. De verdad nada ¿Para eso me llamaste? Me dijo.

-          No. Te llamé para preguntarte si estas segura de que no puedes darme una oportunidad de demostrarte todo lo que te amo. Necesito verte. Estar cerca de ti.  

Estuvo varios segundos en silencio. Escuché que alguien le hablaba.

-          ¿Estas con alguien? Le pregunté.

-          No, me respondió un poco nerviosa. Es la tele. Espera.
-           
Me quedé al teléfono unos segundos.

-          Agustina, ponme harta atención, no quiero tener que repetirte lo mismo una y otra vez. No puedo estar contigo en una relación. No es lo correcto, ya hemos hecho mucho daño y no voy a seguir haciéndolo.

-          ¿Pero para que te culee no te preocupa el daño cierto? Comencé a enojarme, estaba punto de perder el control de mis palabras. Te has dedicado a jugar conmigo desde que pasó lo de Josefina. me tienes mal, me estoy enfermando, te detesto, no puedo más, vomitaba palabras que sólo sentía en ese momento. ¿Por qué juegas conmigo así? ¿Qué te importa si estoy con alguien o no? Deja de entrar en mi cabeza Daniela te lo ruego. A esa altura ya estaba gritando y llorando.

Daniela me cortó el teléfono. La volví a llamar varias veces pero no me contestó.


Durante la noche me envió un mensaje “mi amistad es todo lo que te ofrezco” decía. Nuestra relación se estaba convirtiendo cada vez más en una suerte de comedia de equivocaciones, de amigas a amantes, de amantes a odiarnos, nuevamente amigas ¿alguna vez lo fuimos? ¿Podíamos realmente serlo si al verla lo único que sentía era deseo? Me encantaba conversar con ella, pero más me gustaba besarla y hacerle el amor, mirarla desnuda sobre la cama y sentir su cuerpo a mi lado. No supe que responder a su mensaje.   


6 comentarios:

  1. Siete capítulos de una, traté de aguantarme hasta que terminaras la temporada!!!
    Me provocas tantas cosas con la historia de ellas que hoy me dormiré con algo de angustia y pena.
    Buena historia.

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    1. Muchas gracias por seguir leyéndome! Eso es justo lo que pretendo con esta historia: provocar, generar sensaciones y emociones.
      Un abrazo y gracias por tu comentario!

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  2. Daniela culia... Esta historia se parece un poco a la mía :(

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