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miércoles, 27 de julio de 2016

Capítulo IX (Segunda Temporada)

Al día siguiente Vicente iba saliendo apurado del departamento, tenía cita para almorzar con una de sus amigas con ventaja. Como la noche anterior dormimos poco estaba súper atrasado, la chica ya lo esperaba en el restaurante, suerte para él era a dos cuadras de nuestro departamento. Bueno, en el apuro dejó entrar a Daniela sin percatarse de que en mi cama, desnuda, cubierta sólo por la sábana estaba Andrea.

-          Necesito conversar contigo, dijo Daniela sin mirar la escena que tenía al frente.

-          Dani ¿qué haces acá? Le dije nerviosa. Ya no tenía los efectos de la cocaína que me envalentonaron la noche anterior.

Cuando vio a Andrea que no pudo evitar ponerse en la posición más sexy que encontró de lado con la cabeza apoyada sobre una de sus manos y el pelo largo rozando uno de sus hombros se puso pálida.

-          Eres una maraca. No lo puedo creer. Me dijo mientras se daba la vuelta para salir del departamento.

Mi primer impulso fue ir tras ella pero Andrea me tomó del brazo.

-          Déjala. Me dijo.  A ver si se da cuenta de lo que se está perdiendo. Continuó.

Me costó pero le hice caso.

Ese día fue un mensaje de Daniela tras otro, insulto tras insulto. Pero no le respondí hasta la noche. “No sé qué esperabas” le escribí. “Que Josefina no tuviera razón. Que no fueras una puta caliente, sin corazón e incapaz de enamorarse de verdad. Qué te la jugaras por mí. Tantas cosas que ya dan lo mismo” me respondió. “Nada que decir. Eres bien patuda. No comes ni dejas comer. Regio. Quedemos hasta acá mejor”. Le escribí de vuelta. Ella continuó enviándome mensajes que no le respondí.

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Departamento de Daniela. Jueves. 11 de la noche.

Josefina quería venganza. No le importaba como ni cuando, pero cada día su odio crecía un poco más, sobre todo después de la noche de la fiesta, del vodka como ofrenda de paz, del beso a Daniela y de Andrea. Y ahí estaba en el departamento de su amiga pensando como continuar con su idea.

-          Te juro que sabía que la mina era maraca pero de verdad pensé que estaba enamorada de ti Dani. Le dijo josefina mientras abría una botella de vino.

-          Pero parece que no po Jose. Porque he hecho todos los intentos del mundo y la mina no quiere nada más conmigo. Yo creo que tu plan se fue a la mierda.

-          Nuestro plan Dani.

-          Bueno. Nuestro plan, pero igual se fue a la mierda.

-          Yo me las voy a arreglar para destruirle la vida a esa mina. Aunque sea lo último que haga.

-          Jose, ¿por qué no paramos con el tema? A mí me está haciendo mal también. Al final la única perjudicada voy a ser yo.

-          ¿Por qué? ¿ahora me vas a decir que estás enamorada de la maraca esa? Replicó enojada Josefina.

-          ¿Sabes qué? Sí. Estoy enamorada de Agustina. Hasta la patas. No puedo dejar de pensar en ella. Quiero estar con ella y no lo he hecho por ti. Porque no te quiero hacer sufrir más pero te juro que no voy a seguir ayudándote a hacerla sufrir. Se acabó Josefina.

-          ¿Ya? ¿Y qué pretendes, ponerte a pololear con ella? Dale genial, para que te sea infiel igual que a mí. Es cosa tuya Daniela. Haz lo que quieras.

Josefina dejó la botella abierta sobre la mesa de centro con una copa a medio servir, tomó sus cosas y se fue del departamento. Daniela llenó la copa se la tomó al seco y se tiró en el sillón mirando el techo y pensando en todo lo que se le venía encima si decidía aceptar su amor.

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Ese viernes en la mañana no lo voy a olvidar nunca. Daniela me llamó temprano necesitaba conversar conmigo. Yo me desperté con una resaca de aquellas  pero le dije que nos juntáramos a tomar desayuno en un café que quedaba a mitad de camino entre su departamento y el mío.

Daniela estaba nerviosa, asustada, era como si hubiera estado haciendo algo malo, una maldad de niña. Se demoró cerca de una hora entre frases sin sentido y trastabilleos. Me dolía la cabeza y mientras más hablaba menos le entendía. Le pedí que se calmara, que ordenara sus ideas y que me dijera qué estaba pasando. Suspiró profundo, cerró los ojos y comenzó a hablar.

-          Te amo. Ya le dije a Josefina. todavía a nadie más pero si nos damos la oportunidad de estar juntas poco a poco voy a ir contándole a la gente que me importa.

No lo podía creer. Se me incendió el estómago, el pecho, se me nubló la vista. Me llegué a marear. No me salían las palabras.

-          Agustina quiero ir con calma, empezar de cero, conocernos mejor y de a poco ir avanzando. ¿Tú quieres que lo intentemos?

-          Dani obvio que quiero. Yo te  amo con toda la fuerza de mi alma y si quieres partir de cero así va a ser. ¿Eso significa que no te puedo dar un beso?

Daniela sonrió.

-          Aquí no. Me muero tres veces.

-          No Dani. Cuando estemos solitas.

-          No sé. Veamos qué pasa.


Pagamos la cuenta y nos fuimos caminando hacia mi departamento. Intenté tomarle la mano pero no me dejó. Me da miedo me dijo. Dame tiempo, esto es raro para mí. Le sonreí y le acaricié rápido el pelo. Más que caminar sentía que flotaba hacia mi departamento. Ahora éramos “Agustina y Daniela”. No lo podía creer. 


6 comentarios:

  1. eh eh eh por fin! ojalá que no se pastelee la Agus y que Josefina no meta la nariz

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  2. Yo creía que Vicente era Gay jjjjjjjjj

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  3. Por fin daniela se atrevió ya me tenia un poco chata ajajajaaja quiero saber qué hará la José con todo esto y que por favor la agu no la cage!

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    1. Tenía miedo la Dani, pero ya todo se va ordenando de a poco! Espero la Agus no la cague. 😱

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