Al
día siguiente Vicente iba saliendo apurado del departamento, tenía cita para
almorzar con una de sus amigas con ventaja. Como la noche anterior dormimos
poco estaba súper atrasado, la chica ya lo esperaba en el restaurante, suerte
para él era a dos cuadras de nuestro departamento. Bueno, en el apuro dejó
entrar a Daniela sin percatarse de que en mi cama, desnuda, cubierta sólo por
la sábana estaba Andrea.
-
Necesito conversar contigo, dijo
Daniela sin mirar la escena que tenía al frente.
-
Dani ¿qué haces acá? Le dije nerviosa.
Ya no tenía los efectos de la cocaína que me envalentonaron la noche anterior.
Cuando
vio a Andrea que no pudo evitar ponerse en la posición más sexy que encontró de
lado con la cabeza apoyada sobre una de sus manos y el pelo largo rozando uno
de sus hombros se puso pálida.
-
Eres una maraca. No lo puedo creer. Me
dijo mientras se daba la vuelta para salir del departamento.
Mi
primer impulso fue ir tras ella pero Andrea me tomó del brazo.
-
Déjala. Me dijo. A ver si se da cuenta de lo que se está
perdiendo. Continuó.
Me
costó pero le hice caso.
Ese
día fue un mensaje de Daniela tras otro, insulto tras insulto. Pero no le
respondí hasta la noche. “No sé qué
esperabas” le escribí. “Que Josefina
no tuviera razón. Que no fueras una puta caliente, sin corazón e incapaz de
enamorarse de verdad. Qué te la jugaras por mí. Tantas cosas que ya dan lo
mismo” me respondió. “Nada que decir.
Eres bien patuda. No comes ni dejas comer. Regio. Quedemos hasta acá mejor”. Le
escribí de vuelta. Ella continuó
enviándome mensajes que no le respondí.
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Departamento de Daniela. Jueves.
11 de la noche.
Josefina
quería venganza. No le importaba como ni cuando, pero cada día su odio crecía
un poco más, sobre todo después de la noche de la fiesta, del vodka como
ofrenda de paz, del beso a Daniela y de Andrea. Y ahí estaba en el departamento
de su amiga pensando como continuar con su idea.
-
Te juro que sabía que la mina era
maraca pero de verdad pensé que estaba enamorada de ti Dani. Le dijo josefina
mientras abría una botella de vino.
-
Pero parece que no po Jose. Porque he
hecho todos los intentos del mundo y la mina no quiere nada más conmigo. Yo
creo que tu plan se fue a la mierda.
-
Nuestro plan Dani.
-
Bueno. Nuestro plan, pero igual se fue
a la mierda.
-
Yo me las voy a arreglar para
destruirle la vida a esa mina. Aunque sea lo último que haga.
-
Jose, ¿por qué no paramos con el tema?
A mí me está haciendo mal también. Al final la única perjudicada voy a ser yo.
-
¿Por qué? ¿ahora me vas a decir que
estás enamorada de la maraca esa? Replicó enojada Josefina.
-
¿Sabes qué? Sí. Estoy enamorada de
Agustina. Hasta la patas. No puedo dejar de pensar en ella. Quiero estar con
ella y no lo he hecho por ti. Porque no te quiero hacer sufrir más pero te juro
que no voy a seguir ayudándote a hacerla sufrir. Se acabó Josefina.
-
¿Ya? ¿Y qué pretendes, ponerte a
pololear con ella? Dale genial, para que te sea infiel igual que a mí. Es cosa
tuya Daniela. Haz lo que quieras.
Josefina
dejó la botella abierta sobre la mesa de centro con una copa a medio servir,
tomó sus cosas y se fue del departamento. Daniela llenó la copa se la tomó al
seco y se tiró en el sillón mirando el techo y pensando en todo lo que se le
venía encima si decidía aceptar su amor.
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Ese
viernes en la mañana no lo voy a olvidar nunca. Daniela me llamó temprano
necesitaba conversar conmigo. Yo me desperté con una resaca de aquellas pero le dije que nos juntáramos a tomar
desayuno en un café que quedaba a mitad de camino entre su departamento y el
mío.
Daniela
estaba nerviosa, asustada, era como si hubiera estado haciendo algo malo, una
maldad de niña. Se demoró cerca de una hora entre frases sin sentido y
trastabilleos. Me dolía la cabeza y mientras más hablaba menos le entendía. Le pedí
que se calmara, que ordenara sus ideas y que me dijera qué estaba pasando. Suspiró
profundo, cerró los ojos y comenzó a hablar.
-
Te amo. Ya le dije a Josefina. todavía
a nadie más pero si nos damos la oportunidad de estar juntas poco a poco voy a
ir contándole a la gente que me importa.
No
lo podía creer. Se me incendió el estómago, el pecho, se me nubló la vista. Me llegué
a marear. No me salían las palabras.
-
Agustina quiero ir con calma, empezar
de cero, conocernos mejor y de a poco ir avanzando. ¿Tú quieres que lo
intentemos?
-
Dani obvio que quiero. Yo te amo con toda la fuerza de mi alma y si quieres
partir de cero así va a ser. ¿Eso significa que no te puedo dar un beso?
Daniela
sonrió.
-
Aquí no. Me muero tres veces.
-
No Dani. Cuando estemos solitas.
-
No sé. Veamos qué pasa.
Pagamos
la cuenta y nos fuimos caminando hacia mi departamento. Intenté tomarle la mano
pero no me dejó. Me da miedo me dijo. Dame tiempo, esto es raro para mí. Le
sonreí y le acaricié rápido el pelo. Más que caminar sentía que flotaba hacia
mi departamento. Ahora éramos “Agustina y Daniela”. No lo podía creer.
eh eh eh por fin! ojalá que no se pastelee la Agus y que Josefina no meta la nariz
ResponderEliminar😅😅😅😅 no puedo prometer nada 😁😁
EliminarYo creía que Vicente era Gay jjjjjjjjj
ResponderEliminarJajajaja noooo es muy hetero!!!
EliminarPor fin daniela se atrevió ya me tenia un poco chata ajajajaaja quiero saber qué hará la José con todo esto y que por favor la agu no la cage!
ResponderEliminarTenía miedo la Dani, pero ya todo se va ordenando de a poco! Espero la Agus no la cague. 😱
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